Ya pasé mas de un mes de cuarentena (¡algunas personas llevan casi dos!). Semanas de incertidumbre, nuevas posibilidades, buscar seguir los planes y cambiar a otros nuevos…
A todos nos tomó por sorpresa el alejarnos socialmente, truncar de pronto algunas actividades, buscar nuevas formas de hacer otras…
No hay duda de que todos hemos tenido que cambiar diferentes aspectos de nuestras vida y aún hoy no estamos seguros de cuantos más vamos a tener que cambiar.
Hablando de natación, que es el tema de esta página, de la última entrada de este blog a esta veo que se veía ya cercano el siguiente reto. Faltaban siete meses para la ventana del cruce. El reto es un cruce doble. Sin duda, no es posible entrenarse para un cruce del Canal de la Mancha en siete meses partiendo de la nada, y mucho menos uno doble. A pesar de la operación y haber detenido completamente por un mes todo entrenamiento y tener que volver a comenzar poco a poco, con la base aeróbica y el entrenamiento que he hecho los años anteriores y revisando con el médico la manera paulatina en que podría ir retomando el ejercicio, mi entrenador y yo consideramos el reto posible aunque, sin duda, muy difícil.
Hoy día han pasado casi cinco meses desde que volví a nadar por primera vez después de la operación. Una intervención que me hice sobre todo a manera de prevención que de corrección porque las hernias que operaron no me molestaban gran cosa pero si empeoraban durante el entrenamiento, seguramente trincarían el plan completamente. Sabía que tenía un importante entrenamiento por delante para recuperar la forma física, para hacer cientos o miles de kilómetros nadando como entrenamiento, para mejorar técnica, para aclimatarme al agua fría, para prepararme mentalmente, y por supuesto para seguir con todo lo demás de la vida fuera de la natación.
Tu que lees esto pregúntate, ¿que has cambiado en tu vida este año? Sin duda tenemos una clara respuesta porque este año nos a impactado de una forma distinta que cualquier otro. Nos ha hecho replantearnos muchas cosas y algunas premisas que dábamos por seguras quizás ya no lo son o no sabremos cómo volverán. ¿Qué planes tenías que aún continúas? ¿Que planes tenías que ya descartaste? ¿Qué cambios drásticos tuviste que hacer, aún sin quererlo?
El reto deportivo que me puse hace más de un año, que sé muy difícil, está a la vuelta del esquina. Es increíble que incluso hoy no tengo la seguridad de que para cuando llegue la fecha vaya a poder siquiera viajar.
El entrenamiento cambió repentinamente cuando cerraron las albercas. No puedo negar que es una fortuna que he podido seguir nadando. Muchos de los nadadores que conozco no están pudiendo hacerlo y están entregando en seco en sus casas.
A manera de prevención, tuvimos la suerte de poder cambiar temporalmente nuestro lugar de residencia para cuidarnos con el distanciamiento y aquí tengo la fortuna de poder nadar en un pequeño lago en el que he podido seguir entrenando.
Es una fortuna que sin duda debo agradecer aunque a la vez también soy consiente que a pesar de poder nadar, no puedo hacer el entrenamiento como lo habíamos planeado y como sería ideal. Para un reto de semejante magnitud, en el mar, debería entrenar lo más posible, en el mar.
Mi mayor preocupación no se resuelve nadando aquí porque aunque hace 3 y 4 meses podía nadar en agua fría a unos 15-16°C en este mismo laguito; sin embargo hoy día la temperatura ha subido mucho y está a 19-20°C. Aunque sigue estando “fría”, ya no es una temperatura adecuada para entrenar un cruce en el Canal de La Mancha. Aunado a esto, el lago es realmente pequeño, la circunferencia que hago al nadar mide aproximadamente 300 m. y además es poco profundo. En realidad es un estanque. En algunas partes puedo ponerme de pie y el agua apenas me llega al pecho. En las mas profundas puedo sentir el fondo sin tener que hundir la cabeza mas que unos pocos centímetros. En un cuerpo de agua tan pequeño no hay corrientes ni olas, salvo algo de viento ocasional, las condiciones son muy similares todo el tiempo. Por lo tanto, aunque soy afortunado de poder nadar, no estoy pudiendo entrenar ciertos conceptos básicos para el cruce: la aclimatación al frío, nadar en condiciones adversas y variables, nadar en agua salada…
Por mucho que me bañe con agua fría, no es suficiente. Voy a intentar una alternativa: traer una tina para llenarla de agua y algo de hielo y poder meterme varias horas a la semana a unos 16°C. Se que no será nada disfrutable pero por ahora es la única manera de intentar mantener cierta aclimatación al frío. Ya me estoy tardando en hacerlo.
Para poder nadar El Canal de La Mancha no es suficiente entrenar mucho y poder nadar muchas horas sin parar. Es necesario, sin duda, pero sin una preparación física y mental para soportar el frío del agua, las posibles condiciones “difíciles” que se presentarán: viento, oleaje, corrientes, etc., por mas fuerte, rápido y capaz que sea el nadador, es prácticamente imposible lograrlo. La hipotermia es un efecto inevitable que no puede contrarrestarse una vez empieza a suceder a menos que el cuerpo se retire del ambiente que la está causando. Con esto quiero decirte que si el nadador empieza a sufrir hipotermia grave, no hay otra solución mas que sacarlo del agua para evitar el riesgo de que fallezca de frío o ahogamiento por pérdida del conocimiento. Desafortunadamente asi terminan algunos de los cruces no exitosos, teniendo que sacar al nadador.
Ante toda esta incertidumbre he decidido seguir el entrenamiento hasta el final. Espero que cuando llegue el momento haya posibilidad de hacer el nado y también espero que la preparación sea suficiente. Mientras tanto y con lo poco que falta me mentalizo en que ahí estaré y quiero visualizar (aunque debo ser honesto que me está costando trabajo hacerlo) que llego a Francia nadando, me detengo unos pocos minutos en la playa y vuelvo al mar para nadar de regreso… y visualizarme entonces llegando de regreso a Inglaterra, muchas horas después, seguramente exhausto, con frío pero con una voluntad entera y la energía de todos a quienes quiero ayudándome a lograrlo.