Acerca de

Carlos Acosta, primer y único hombre Mexicano en lograr un cruce doble en el Canal de la Mancha

Redefiniendo Límites, Inspirando Sueños

Redefinir los límites personales de capacidad y resistencia es posible. Atreverse a abrazar un sueño —por más imposible que parezca— y hacer lo necesario para conseguirlo, transforma vidas.

Mi historia es la prueba. En los últimos 15 años, mi vida se transformó en un testimonio de ello.

De exfumador en mis treintas, sin experiencia deportiva previa, mi trayectoria se ha convertido en un testimonio de que la voluntad, la disciplina y la creencia en la transformación personal, pueden llevar a logros de élite mundial.

Hace poco más de una década, mi realidad era muy distinta. Por increíble que parezca, me consideraba una persona sana, aunque había empezado a fumar desde muy joven y hasta mis treintas. En mi vida diaria, el deporte regular era prácticamente inexistente. Dejar de fumar y un cambio paulatino en mis hábitos me llevó a conocer la belleza de buscar superar grandes retos y casi sin darme cuenta tracé un camino hacia la ultradistancia.

Fue un despertar: una decisión consciente de transformar mi narrativa y descubrir que la verdadera fortaleza reside en nosotros.

Cada brazada en aguas abiertas es una meditación, una conversación íntima donde encuentro lecciones profundas sobre compromiso y resiliencia. Mi objetivo es llevar el mensaje de que «cualquiera puede hacerlo»: si yo, comenzando sin base deportiva previa, he logrado metas que parecían imposibles, cualquiera puede encender su chispa interior.

Hoy en día quiero seguirme imponiendo retos que me hagan soñar y empujarme a tratar de lograrlos. Además, me he dado cuenta que también puedo inspirar a otros a ir más allá de lo que creen posible. Me he probado que la edad, el pasado o la falta de experiencia inicial no son barreras, sino puntos de partida para fomentar disciplina, paciencia y valentía.

La parte más dura del Cruce Doble en el Canal de la Mancha, a pocos kilómetros de llegar a Inglaterra.

En algún momento de nuestra vida, ya sea en la escuela, la oficina, el estudio de un artista, el estadio o en el mar; casi todos hemos sentido el deseo de llevar nuestras acciones a un siguiente nivel y, eso es algo bueno. El proceso de ponernos una meta más allá de las fronteras de lo que creemos es posible, y después perseguirla sistemáticamente, es una de las partes más satisfactorias del ser humano.

Las historias que leerás aquí demuestran de forma contundente que mi trayectoria no se basa en un talento innato o una vida deportiva precoz. Soy alguien que equilibra una exigente carrera de arquitectura con logros atléticos de élite, lo que requiere disciplina, determinación, gestión del tiempo y resiliencia.

Mi camino de cuando a duras penas podía correr dos kilómetros -a mis 35 años-, a lograr nadar un cruce doble en el Canal de la Mancha -a mis 50 años-, es un reflejo de un cambio de perspectiva y una búsqueda de auto superación. Como miembro de la comunidad LGBTQ+ que creció en los 70’s, he navegado mi propio camino hacia la autenticidad, auto aceptación y visibilidad. Esa fortaleza para ser quien soy ha sido una de mis mayores fuentes de resiliencia.

Junto a mi esposo Rodrigo, con quien comparto una relación estable desde 1998, soy socio fundador de StudioRoca y VMD Homes. Este rol empresarial, que nos exige disciplina y gestión del tiempo, se entrelaza con nuestra desarrollada pasión por la ultradistancia, demostrando el equilibrio entre una carrera profesional exigente y logros atléticos de élite. Mirando al futuro, sigo comprometido con nuevos desafíos, elevando el mensaje de que, con determinación y un propósito claro, los límites solo existen si tú les permites existir.