Laguna de Alchichica 8:13 am.
Temperatura exterior: 3.5ºC.
Temperatura del agua: 15.7°C.
Esta muy nublado, parecería que no va a salir el sol. Rodrigo y yo venimos de Tepeyahualco de Hidalgo que está a unos 20 minutos de distancia. Ahí dormimos en la Hacienda Tepetlcalli para poder estar aquí temprano sin tener que salir de la CDMX de madrugada y poder volver más temprano a CDMX porque en la noche es el festejo de cumpleaños de mi suegro. Como son 3:30 hrs. de camino, para llegar a las 8 hubiéramos teniendo que salir a las 4:30 am. Por lo que preferimos dormir cerca y llegar descansados.
A simple vista no parece que el agua esté muy fría pero el termómetro no se equivoca: 15.7°.
Me toca nadar 5 hrs. El reto es mucho más aguantar la temperatura que nadar 5 horas… y nadar cinco horas seguidas ya es, de por sí, un reto!
Entrar al agua es difícil, duele.
Me preparé lentamente, más por darle vueltas a entrar al agua que por otra cosa. No había mucho tiempo para perder, debíamos salir hacia la CDMX a las 3 pm a más tardar, así que por más «lento» que lo hice, empecé a nadar a las 8:40 am. De lograrlo, terminaría cinco horas después, a la 1:40 pm.
He estado ganando peso los últimos meses (se nota, ¿verdad?). La intención es subir más de 10 kilos para el nado en El Canal (llevo como 5). La grasa subcutánea actúa como una barrera que ayuda a conservar el calor corporal -una especie de wetsuit integrado- que puede ayudar a soportar mejor el frío. Aún así, la primer hora me costó mucho. Sentí que no iba a poder aguantar tantas horas. Estuve nadando cerca de la orilla de ida y vuelta en un tramo de unos 600 a 800 metros y Rodrigo me observaba desde la orilla. Como a las 9:30 llegarían otros nadadores y «equipo de apoyo» con kayaks. Entonces ya podríamos nadar más lejos pero, por ahora, por seguridad, cerca.
Sufrí toda la primer hora. Las manos y los pies se me entumieron poco a poco. A los 40 minutos podía tocar el anverso de mi mano y prácticamente no sentir nada. Por el contrario, sentía mucho frío en todo el cuerpo. Empecé a dudar seriamente que pudiera aguantar más de 2 horas. La sensación de incomodidad fue incrementándose poco a poco hasta llegar a ser casi tortura.
Veía con ansia el reloj esperando que pasara la primer hora para poder tomar el primer abastecimiento y parar un poco. Por fin llegó. Me acerqué a la orilla. Me recibió Rodrigo con la botella y una cálida sonrisa. Vi que detrás de él estaba Nora -eso quiere decir que ya había llegado el resto del equipo y nadadores-. Me preguntaron como iba y les dije. Me dieron ánimos. Me avisó Nora que estaban montando el «equipo» y que me harían muestras de sangre a partir del siguiente abastecimiento y que los demás nadadores entrarían como en media hora. Tomé los 350mL de Accelerade y volví a nadar.
El apoyo es indispensable en nados como este. No solo por la comida y seguridad; los ánimos y apoyo moral son increíbles y muy necesarios. No se si fue la sonrisa, el alimento, el haberme detenido un poco, los ánimos, el poder de la mente, el sol que empezaba a salir, -o un poco de todo- pero a partir de ese momento el frío me pareció soportable. Me sorprendí que de pronto me sentí mucho mejor: menos frío + más ánimo = menos sufrimiento. Durante esa media hora, antes de salir por el segundo abastecimiento -y a que me tomaran una muestra de sangre- pensé que si seguía así, quizás sí podría terminar las 5 horas.
Cuando salí al segundo abastecimiento y por la primera de tres muestras de sangre, recordé que es prácticamente inevitablemente que el nadador comience a temblar incontrolablemente. ¡Pero si me van a enterrar una aguja en el brazo! Por más que traté de controlar el temblor, sin duda le costó trabajo a la Dra. Ariadna del Villar tomar la muestra… y, después de 3, creo que el moretón era inevitable.
Todo para saber cómo reacciona mi cuerpo al esfuerzo a través de un análisis bioquímico. Con esta prueba se puede conocer: 1. la fuente energética utilizada durante el ejercicio, 2. la adaptación del organismo al esfuerzo y 3. la presencia de posibles lesiones.
No sé interpretar los resultados que muestran los niveles de glucosa, urea, triglicéridos, colesterol, ácido úrico y CK. Afortunadamente la interpretación que me mandó la dra. 4 días después confirmó que todo estaba bien; aunque sí recomendó hacer ejercicios de fuerza para disminuir la carga mecánica del nado… algo que sabe por el alto CK. Así me lo explicó con peras y manzanas:
La CK es una enzima utilizada por el músculo, cuando se eleva habla ya sea del uso mecánico del músculo o del uso del músculo como fuente de energía, lo cual no queremos que suceda, pues el músculo es estructural. Cuando el músculo comienza a fatigarse puede elevarse la CK o cuando el aporte de energía no es el adecuado, en este caso parece ser la primera opción, ya que la glucosa fue adecuada y se observó que la energía la estabas obteniendo de las grasas. Esta situación podría mejorar con el desarrollo de la fuerza específica, ya que de esta forma aumentaría la eficiencia muscular y por lo tanto el desgaste sería menor.
De pronto me sentí casi como un«pro»… que no lo soy ni cerca; pero esto me muestra a qué niveles han de llegar para conocerse y poder rendir al máximo. Que bueno poder verificar que todo está bien, aunque no busco rendir al máximo ni ser pro, solo pienso cruzar nadando el Canal de la Mancha dentro de unos 6 meses.
Con el equipo armado, los kayaks y otros nadadores en el agua, pude nadar ya más lejos y acompañado. Nadamos diferentes tiempos y a diferentes velocidades -soy quien más tiempo nadó- pero pude tener compañía todo el tiempo restante. En algún momento incluso compañía retadora que me hizo, en algunos tramos, nadar más fuerte que mi nivel «cómodo» para mantener el paso de Mariel, por ejemplo. A veces creo que me consiento un poco, a veces creo, más bien, que me administro.
Nora y Martha nos acompañaron en kayaks y así Rodrigo tuvo oportunidad de correr y nadar también. No volví a sentir tanto frío como la primer hora pero sí en varias ocasiones tuve que abrir y cerrar las manos o golpearlas en el agua, para tratar de calentarlas. Si hubo sol… y mucho. Para variar me quemé, pero ese sol ayudó a hacer el nado en el frío más soportable. No porque calentara mucho el agua que casi no cambia de temperatura en tan poco tiempo, sino que afuera hace más calor y eso ayuda.
Logré el cometido. Incluso nadé media hora más de lo planeado -en total 5 horas y media- para comenzar un poco lo perdido en las salidas para abastecimiento y muestras de sangre. Definitivamente lograrlo me da más confianza a lo que viene en el Canal… en 6 meses!
Jaime Lomelín , que nadó también hoy y ya cruzó el Canal de la Mancha en solo en 1990 y en relevos en 2006, me dijo cuando acabamos: «Ya estás listo. El Canal no va a estar más frío y lo lograste muy bien.» Palabras que sin duda, dan confianza de que voy por buen camino. Definitivamente entrenar con Nora Toledano fue una excelente decisión.
No estoy en la foto, o quizás sí, por ahí en la laguna… nadando 😉
Ahora sí tengo muchas fotos!!